Mucho se ha escrito sobre la transformación digital, pero ¿Qué es? Se organizan términos técnicos y un sinnúmero de adecuaciones que provienen de otras ciencias aplicadas a la educación. No todos manejan el mismo concepto, y es lo que lleva a confusiones como entender que la educación hibrida requiere de implementaciones tecnológicas en las salas de clases para que la presencia digital y física convivan en un mismo espacio. Por tanto, se torna excluyente, para aquellas instituciones que no alcanzan tal nivel de sofisticación. En alguna medida la educación híbrida es mucho más que una cámara y un micrófono (Cordova Villanueva, 2021) Pero a ese desconcierto nos enfrentamos en medio la búsqueda de soluciones previo a la vuelta a la presencia física que se ha venido consolidando en Latinoamérica en este 2022, algunas instituciones han puesto en marcha cambios en sus modelos educativos y otras han decidido volver a las prácticas que se venían desarrollando en el 2019. Esto sin dudas generará grietas que pueden afectar a generaciones completas, pues la principal brecha no se gesta por la conectividad (cambio técnico), sino más bien por quienes disponen o no de conocimientos para usar los beneficios y recursos que lo online ofrece (cambio adaptativo) (Paniagua, 2021)
Por tanto ¿Qué entendemos como Transformación Digital? Una definición puede ser: “La transformación digital es la completa aplicación de las tecnologías digitales a toda la universidad. El primer cambio esencial es que cada uno de nuestros profesores sea. realmente un educador digital. Educador digital no significa que sepa usar algunas tecnologías en el aula, sino que edite nuevos contenidos digitales, aplique nuevas metodologías educativas y construya una nueva comunicación digital con sus estudiantes.” (McLachlan, 2021)
Esto conlleva a analizar cómo se puede instaurar un proceso de estas características en las instituciones educativas, que vienen con distintas complejidades para abordar nuevos paradigmas. Por un lado las facultades de educación no han preparado su currículo para los nuevos desafíos, dejando a la resiliencia de los experimentados y noveles docentes a desarrollar nuevas estrategias para adaptarse a los tiempos emergentes y dinámicos. El currículo por tanto requiere de la generación de alternativas educativas en cuanto a oportunidades, tiempos, espacios y modalidades de formación. Estas alternativas presuponen una amplia flexibilidad y autonomía en las decisiones formativas de los usuarios de la educación (Diaz Villa, 2002) Entonces es una co-construcción de las entidades educativas, en comunidad.
Podemos entender el concepto de “transformación digital”, como los necesarios y urgentes cambios que están haciendo las empresas y sus modelos de negocio en la nueva economía en donde los clientes son digitales (Martinez, 2018) Si lográsemos mirar a los estudiantes no como clientes, sino como usuarios de un sistema formativo, ¿Qué hacemos por ellos en ese perfil como receptor de una oferta que no se adecúa a sus tiempos, necesidades y deseos formativos?. En contraposición la oferta formativa no formal e informal, está llegando a procesos de formación adaptativa, flexible y personalizada. Los grandes edtech del mercado incluso incluyen programas gratuitos que les ofrecen certificados emitidos por ellos o en colaboración de alguna casa de estudios donde visan su programa. Se trata de procesos formativos acotados que conllevan elementos basales que se requieren en las principales industrias. En el caso de Google, posee el programa Growth with Google (Google, 2020), que moldea según sus necesidades los contenidos y desempeños esperados, donde además a los mejores luego se les puede abrir una plaza laboral, abriendo puertas en dicha compañía, generando una integración horizontal y vertical del proceso formativo, gracias a los conocimientos adquiridos en el programa y círculo virtuoso de crecimiento circular, ya que terminan preparando el recurso humano que ellos necesitan. Por otra parte, en su integración con la educación formal, gracias a las poderosas herramientas que posee, se transformará en el escaparate perfecto para integrar, cual supermercado, las ofertas de las mejores aplicaciones para solucionar los temas que docentes, instituciones y familias “requieren” para habilitar modelos formativos híbridos (Gonzalez Grez Grezan, 2022).
El sistema educativo formal, tiene entonces desafíos de paradigmas, estratégicos, comunicaciones y de adaptabilidad a los nuevos tiempos.
Para abordar los desafíos de la transformación digital se enlistan a continuación una serie de siete pasos para conseguir un eficiente tránsito (Martinez, 2018)
1. Integrar la Universidad en el Móvil: Incorporar la tecnología del estudiante, ordenador portátil, teléfono móvil en el desarrollo de las clases.
2. Transformación de las aulas en espacios de aprendizaje activo colaborativo y cooperativo: Con un fuerte componente tecnológico en donde los estudiantes puedan traer sus ordenadores portátiles y trabajar con los profesores en grupo y con casos y problemas reales. También transformar las bibliotecas, diseñando nuevos espacios multimedia y de trabajo en grupo introduciendo un fuerte componente tecnológico.
3. Personalización del rol docente: Aprovechar todos los datos que podamos extraer de los sistemas de información. El “learning analytics” va a ser esencial para mejorar y detectar el progreso de cada estudiante de forma individual y adaptar la docencia a su ritmo de estudio.
4. Formación Inicial Docente y en ejercicio: Formar a la docencia en el uso de tecnologías digitales y dotarlo de buenos equipos de personas expertas en TIC, TAC, TEP y en creación de contenidos digitales. Se sugiere que el profesor no quede solo en este proceso. La introducción de nuevos indicadores docentes en el sistema de evaluación del profesorado ahora, excesivamente basado en las publicaciones científicas, va ayudar sin duda a esta transformación.
5. Recursos Educativos Abiertos: Crear grandes depósitos de materiales docentes digitales y multimedia en la nube. Los servicios informáticos, de publicaciones y bibliotecas deben trabajar coordinados para crear los nuevos “libros” de texto digitales (tex-books) de la universidad. Conectar, hipervincular investigaciones, promover las conversaciones entre actores de la investigación, atendiendo distintas dimensiones y problemas a solucionar inter e intra comunidades de aprendizaje
6. Co-Creación de Proyectos en los que la tecnología digital aborde los desafíos de la comunidad: Colaborar en desarrollos de nuevos proyectos TIC con otras universidades especialmente en la elección y desarrollo de sistemas que requieran grandes inversiones. Producción de alto nivel sentando las bases de nuevas relaciones entre pares para Cooperar y Colaborar. Compartir experiencias y proyectos docentes digitales en la red, titulaciones y asignaturas compartidas o a la carta en donde el estudiante elige los temas y va construyendo su titulación.
7. Liderazgo Consciente de los cambios de contexto y apertura de la universidad hacia la comunidad de forma horizontal y vertical: La transformación digital de la docencia y de la universidad debe ser el “core” del gobierno de la universidad. El liderazgo es esencial para elaborar y aplicar nuevas políticas que vayan más allá de entender las TIC como una inversión económica. Se necesita planes y actuaciones a medio y largo plazo que aborden el cambio y la mejora del modelo docente digital en todos elementos. La transformación digital de la universidad debe ser tratada asiduamente y profundamente en los órganos de gobierno de las universidades no como un solitario punto en el orden del día sino como parte central de la estrategia de la universidad. El estudiante (usuario) digital ya está preparado y lo está esperando.
Adaptación de 7 pasos en el camino de la transformación digital de la docencia (Martinez, 2018)
Si bien estos puntos no constituyen una receta, plantean interrogantes para abordar el reto, sin embargo, de no hacer cambios, el estudiante-usuario, que viene demandado por décadas la transformación, será la descendencia que recibirá la “posta” de tomar decisiones, sin un cambio de paradigma iniciado, y con ello se traspasará el statu quo del sistema educativo, corriendo el riesgo de que sus claustros y aulas sean abandonadas por las generaciones venideras, ya que no visualizan(rá) como el órgano de apalancamiento social que representó hace algunos años, dejándolas como tronos de civilizaciones pasadas. Debemos asumir el desafío con responsabilidad, entendiendo que no es disrupción jerarquizada sino horizontal y que tiene un imponderable valor social, cartografiando el cómo aprendemos y aplacando el stress y ansiedad, mediante formatos que capten las necesidades y deseos de la comunidad para transcender en oportunidades de aprendizaje sin fronteras🚀 .
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