En la era de la transformación digital y la inteligencia artificial (IA), la educación enfrenta el desafío de preparar a los estudiantes para un mundo cada vez más interconectado y mediado por la tecnología. Tanto el marco DigCompEdu de la Unión Europea como el Marco de Competencias en Inteligencia Artificial de la UNESCO abordan este desafío desde distintas perspectivas, enfocándose en las competencias que los estudiantes deben desarrollar para navegar eficazmente en este entorno. Mientras que el primero se centra en la alfabetización digital y en el uso pedagógico de las herramientas digitales, el segundo enfatiza la alfabetización en IA, el diseño ético y el uso responsable de la IA como parte integral del aprendizaje. Ambos marcos subrayan la necesidad de que los estudiantes no solo utilicen estas tecnologías, sino que también participen en su creación y comprendan su impacto social, ético y ambiental.
Este gráfico compara el Marco DigCompEdu y el Marco de Competencias en Inteligencia Artificial de la UNESCO, destacando su enfoque en el desarrollo de competencias digitales e IA para estudiantes y educadores, mostrando cómo estas herramientas impactan la educación y su aplicabilidad en empresas EdTech
Comparación entre el Marco DigComp Edu y el Marco de Competencias en Inteligencia Artificial de la UNESCO
1. Objetivo
DigCompEdu: Está orientado hacia el desarrollo de competencias digitales para educadores. Su enfoque principal es integrar las tecnologías digitales en la enseñanza y el aprendizaje, desarrollando habilidades en información, comunicación, creación de contenido, seguridad, resolución de problemas y uso de herramientas digitales.
Marco de Competencias en Inteligencia Artificial de la UNESCO: Tiene como objetivo preparar a los educadores y las instituciones educativas para el uso efectivo y ético de la inteligencia artificial (IA) en la educación, integrando principios de IA en la alfabetización digital y la pedagogía.
2. Áreas de competencia
DigCompEdu: Se estructura en cinco áreas clave (información, comunicación, creación de contenido, seguridad y resolución de problemas), que abarcan 21 competencias. Hace énfasis en la alfabetización digital y el uso de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial.
UNESCO IA: Se enfoca en tres áreas principales: alfabetización en IA, ética y gobernanza de la IA, y desarrollo de habilidades para la creación y uso de IA. Además, incluye competencias específicas relacionadas con la comprensión de los sistemas de IA y su impacto en el entorno educativo.
3. Uso de IA
Ambos marcos incluyen la inteligencia artificial, pero desde perspectivas diferentes:
DigCompEdu: La IA es una herramienta dentro del repertorio tecnológico que los educadores pueden utilizar para mejorar la enseñanza. Se menciona en áreas como la resolución de problemas y la creación de contenido, pero no es el foco principal.
UNESCO IA: La IA es el enfoque central del marco. Propone competencias específicas para entender cómo funciona la IA, sus aplicaciones en la educación y cómo los educadores pueden enseñarla de manera ética.
4. Enfoque pedagógico
DigCompEdu: Se centra en la mejora del aprendizaje a través de la integración de herramientas tecnológicas, incluido el uso básico de IA. Su propósito es desarrollar habilidades pedagógicas en el uso efectivo de las tecnologías digitales.
UNESCO IA: Va más allá de la integración tecnológica, abordando la IA como un campo autónomo que requiere una comprensión ética y técnica profunda. Esto incluye formar a los educadores para que enseñen IA y sus implicaciones a nivel global.
5. Aplicabilidad en empresas EdTech
DigCompEdu: Es aplicable en empresas EdTech como base para diseñar productos orientados al desarrollo de competencias digitales en docentes y estudiantes, siendo útil para validar tecnologías educativas que mejoren la alfabetización digital.
UNESCO IA: Se centra más en la IA y sus aplicaciones, por lo que es útil para empresas EdTech que trabajan en soluciones basadas en IA, validando tecnologías que integran esta herramienta en el aprendizaje y respetan principios éticos.
Ética: El marco de la UNESCO pone un énfasis mucho mayor en las consideraciones éticas en torno al uso de IA en la educación. En contraste, DigCompEdu se enfoca más en competencias técnicas.
Accesibilidad: DigCompEdu incluye competencias de seguridad y accesibilidad en el entorno digital, mientras que el marco de la UNESCO enfatiza la equidad en el acceso a la IA.
Evaluación y certificación: Ambos marcos pueden aplicarse en contextos de evaluación y certificación de habilidades digitales, pero el marco de la UNESCO propone una integración más profunda de IA y su validación ética en procesos educativos.
Algunas preguntas orientadoras
¿Sugiere una progresión?
El modelo de competencias en IA de la UNESCO no sugiere directamente una progresión del modelo de competencias digitales, pero sí lo complementa al incluir competencias relacionadas con la IA que no están completamente desarrolladas en DigCompEdu. En este sentido, podría considerarse una expansión de las competencias digitales hacia un nivel más avanzado que incluya la comprensión y aplicación de IA.
¿Debería integrarse?
Sí, la competencia digital debería integrar el modelo de la UNESCO. La IA es cada vez más relevante en el entorno educativo y tecnológico, y la integración de competencias de IA en los marcos de competencias digitales proporcionaría una formación más completa para los educadores y estudiantes.
Impacto en la educación de Latinoamérica post-pandemia
La pandemia aceleró la adopción de tecnologías digitales en la educación de Latinoamérica, lo que hace que la integración de marcos como DigCompEdu y el de la UNESCO sea crucial para preparar a los educadores y estudiantes en el uso adecuado y ético de las nuevas tecnologías. Estos marcos ofrecen una estructura necesaria para guiar la formación de competencias que son esenciales en el contexto post-pandemia, donde la digitalización y la IA juegan un papel crucial en la educación a distancia y en línea.
Aplicación en EdTech
Ambos marcos pueden ser utilizados por empresas de tecnología educativa (EdTech) para validar sus tecnologías. DigCompEdu ofrece un marco sólido para evaluar la competencia digital de los productos y su alineación con las necesidades educativas, mientras que el marco de la UNESCO puede usarse para validar tecnologías que integren inteligencia artificial de manera ética y efectiva.
Los marcos DigCompEdu de la Unión Europea y el de Competencia en Inteligencia Artificial de la UNESCO pueden ser referencias valiosas para la creación de programas formativos, así como para el diseño de productos y servicios educativos. Estos marcos ofrecen beneficios potenciales para muchos ecosistemas educativos. Sin embargo, el verdadero desafío para las distintas comunidades radica en realizar adaptaciones contextuales que se ajusten a sus realidades específicas. No se trata simplemente de tomar estos marcos y aplicarlos directamente en una comunidad educativa; son, ante todo, marcos orientadores que deben respetar la historia, la cultura y el sistema de aprendizaje propio de cada institución.
En este análisis, nos centramos en los documentos dirigidos a estudiantes que ambas entidades han desarrollado, los cuales plantean una pregunta esencial: ¿Qué debe aprender el estudiante para insertarse en la sociedad? Sin embargo, esta cuestión también nos lleva a reflexionar sobre qué es relevante en nuestro contexto local para abordar los desafíos globales. Es fundamental considerar las características únicas de nuestras comunidades y cómo podemos extraer elementos orientadores de estos marcos para potenciar las capacidades innatas y distintivas de nuestros entornos educativos.
Por ello, el llamado es a evitar la estandarización en la aplicación de estos instrumentos. Debemos buscar un equilibrio entre las perspectivas de expertos internacionales, nacionales y los “traductores” de estos marcos, quienes deben promover un desarrollo heterogéneo que fomente y amplifique aquello que nos hace únicos como seres humanos. Las habilidades humanas pueden proyectarse a través de la tecnología, lo que abre una oportunidad para preguntarnos cómo queremos aprender en el mundo que ya ha llegado. Nuevamente, la colaboración emerge como un camino viable para enfrentar los desafíos humanos y construir un futuro educativo ajustado a nuestras propias necesidades y valores.
