Tecnología Educativa Unplugged

Durante el periodo de confinamiento, provocado por la emergencia sanitaria se evidenciaron una serie de dificultades y desigualdades en torno al acceso a dispositivos electrónicos como también a conectividad, si bien esta problemática es más bien un problema técnico más que adaptativo, impacta de manera directa en la comprensión del contexto mediado por tecnologías digitales que nos facilitan el acceso a una serie de beneficios para la ciudadanía en un contexto de cultura digital. Considerando que casi el 45% de los niños y adolescentes vive en condiciones de pobreza, 13 puntos más que el promedio de la población de la región, según el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022 publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago de Chile (CEPAL 64).

Esta realidad nos presenta grandes desafíos al momento de plantear el estrechamiento de la brecha digital, que ha generado una enorme desigualdad entre personas que se integran al desarrollo tecnológico y las que se quedan al margen (Boje and Dragulanescu 8). Si pensamos en la “orfandad digital”, es decir personas que no han recibido apoyo en su inclusión al mundo digital, puesto que en sus familias o el sistema educativo no les pudo ofrecer alternativas de formación dadas sus propias carencias, terminan ingresando a la jungla digital de forma exploratoria vía ensayo y error van probando las alternativas con los beneficios y riesgos que esto involucra, promueve un proceso desprovisto de equidad.

Pese al incremento registrado en equipos y líneas de conectividad, los indicadores de brecha digital continúan existiendo, debido a que muchos hogares de las comunidades educativas cuentan con algún tipo de dispositivo para  la  conectividad,  no  son  suficientes  para  cubrir  las  necesidades  de  conectividad  de  los  miembros  de  la familia; este déficit digital o “diferencia en la infraestructura tecnológica” (Balladares 27) Éstas desigualdades digitales, están más asociadas con el uso inapropiado de dispositivos digitales, que con la dificultad para acceder o la disponibilidad de tiempo (Beltrán 40).

Una de las principales problemáticas que se vivieron en el 2022, es el desaprovechamiento de los conocimientos adquiridos con la experiencia digital durante el periodo de virtualidad; es decir, los conocimientos y competencias digitales incidieron en la reducción de la brecha digital por nivel de conocimiento, en la medida en  que  los  estudiantes  adquirieron  algunas  habilidades  y  destrezas  en  el  manejo  de  algunas  aplicaciones  y programas durante el periodo de virtualidad educativa; brecha que volvió a tener una magnitud mayor con el regreso a las actividades presenciales, debido a la falta de continuidad en el uso de los programas (Beltrán 40). Se generó en gran parte de América Latina un proceso de vuelta a una “nueva normalidad” presencial sin reflexiones, análisis o investigaciones que permitieran utilizar el conocimiento y destrezas digitales que las comunidades educativas habían alcanzado hasta éste momento. La vuelta en muchos casos, simplemente se redujo a volver a las prácticas que se llevaban en el 2019, desconociendo que el contexto de lo digital, creció exponencialmente en estos dos años de emergencia sanitaria, lo cual impacta a todos los sectores de la sociedad, más aún en la mediación de como aprendemos “de y con” nuestro contexto.

Si a estos datos le sumamos que el 60% de centros educativos no tienen computadoras o acceso a Internet. El 46% de la niñez entre 5 y 12 años no tienen acceso a ninguna conectividad para su educación (32  millones de niñas y niños). El 10% de estudiantes de 15 años del cuartil de menos ingresos tienen acceso a una computadora y el 42% de los menores de 25 años no tienen conexión  a Internet, quedando excluidos de procesos educativos en línea, de contenidos digitalizados y de oportunidades laborales vía teletrabajo (CEPAL, 2020) por tanto los desafíos no son menores, si nos acercamos a los datos que entrega el BID, sobre el contexto educativo de la región previo a la emergencia sanitaria, el 30% de los centros de secundaria tenían conectividad a Internet, es decir, un 30% del total de la población estudiantil de secundaria pudo haber tenido experiencias de uso de tecnología educativa antes de la pandemia (BID, 2020, 13).  Estos datos muestran que solo el 33% de las escuelas tienen acceso a Internet con velocidad suficiente y en el caso de las zonas rurales, este porcentaje no supera el 15%. Los avances exponenciales del último año en torno a la inteligencia artificial generará un impacto en el 79% de las personas trabajadoras de América Latina, pues se ubican en puestos de trabajo no virtualizables.

Uno de las principales riesgos que se corre con esta situación, es que estamos determinando la posición de los individuos y las comunidades en el mundo, contribuyendo a reforzar las diferencias que se dan entre comunidades y países, conformando una enorme desigualdad entre personas que se integran al desarrollo tecnológico y las que se quedan al margen (Gómez Trigueros and Yañez de Aldecoa 40). Dados estos antecedentes, surge la inquietud sobre cómo abordar los desafíos que nos propone el cambio adaptativo hacia un nuevo paradigma de cultura digital:

¿Cómo abordar el analfabetismo que supone no conocer los beneficios/desafíos del paradigma digital?

Para atender este tremendo desafío para América Latina, se requiere un enfoque integral que involucre tanto el contexto educativo como la accesibilidad. Es importante implementar programas educativos que enseñen a las personas los beneficios y desafíos del paradigma digital, así como habilidades y conocimientos digitales básicos. También es importante proporcionar acceso a la tecnología y a la conectividad a internet a aquellos que no lo tienen, para que puedan experimentar los beneficios de la era digital. Además, es necesario fomentar una cultura de alfabetización digital para que las personas comprendan la importancia de estar informados y actualizados en el mundo digital y puedan tomar decisiones informadas sobre su uso. Si consideramos que los usos más frecuentes que se tienen son para usar correos, redes sociales, noticias, videos y chat (González, 2014). Lo cual no garantiza que se esté usando con un fin de apalancamiento social en torno al aprendizaje que puede suponer el acceso a tanto conocimiento. Y aquí también una mención especial sobre el enfoque del aprendizaje a lo largo de la vida como promueve el Instituto de Educación Superior de la UNESCO para América Latina y el Caribe (Lorente & Miguel, 2022, 273), ya que en las condiciones actuales deberíamos esperar demasiado la solución del desafío técnico para abordar el desafío adaptativo, lo cual supone riesgos de ahondar en la brecha digital de comunidades que están más rezagadas, y dado los números de los estudios expuestos no es una población marginal, estamos hablando de cifras por sobre el 40% en la mayoría de los casos en donde la exclusión debe ser atendida.

Son muchas las alternativas algunas más simples y otras de alta complejidad que podemos abordar para dar respuesta al tema del analfabetismo digital, sin embargo, en este espacio nos referiremos a elementos basales que pueden orientar el desarrollo de estrategias más complejas determinadas también por la naturaleza cultural de las distintas comunidades. A continuación exploraremos a partir de tres de sencillas éstas áreas: Comprensión del medio digital como un ecosistema, aplicaciones unplugged que facilitan la experimentación digital, y Cooperación y Colaboración de las comunidades educativas, que atenderán la dificultad de “nivelar la cancha” en torno a los beneficios de acceder a internet, como espacio de aprendizaje. Si bien constituye uno de los aspectos que se viene manifestando desde antes de la emergencia sanitaria, se logró visibilizar más claramente, y en algunos casos la crudeza de la problemática, que intentaremos aportar algunas luces en esas tres direcciones.

Comprensión del medio digital como un ecosistema

Actualmente, como sociedad, estamos viviendo una serie de cambios que están en estrecha relación con los avances exponenciales que la tecnología está teniendo en todos los aspectos del desarrollo humano, por lo tanto supera nuestra comprensión lineal con que estamos organizados y hemos sido educados. Los procesos de transformación digital incluso en muchos casos son entendidos como simples cambios en las estructuras tecnológicas, sin embargo estos procesos implican también fortalecer las capacidades dinámicas que permiten optimizar las rutinas actuales, al tiempo que se identifican aquellas meta-rutinas que ofrecen la adaptabilidad necesaria para incorporar nuevas tecnologías y transformar a la sociedad del conocimiento (González & López Cruz, 2022, 5).

El medio digital puede ser entendido como un ecosistema complejo y en constante cambio, donde interactúan diferentes actores y elementos. Al igual que en un ecosistema natural, en el medio digital existen relaciones simbióticas y competitivas entre los diferentes componentes, y cualquier cambio en uno de ellos puede tener un impacto en todo el sistema.

Los elementos del ecosistema digital incluyen usuarios, plataformas, contenido, datos, algoritmos, dispositivos, infraestructuras y regulaciones, entre otros. Estos elementos interactúan entre sí, lo que da lugar a un flujo constante de información, influencia y valor.

Es importante entender el medio digital como un ecosistema, ya que esto implica que cualquier intervención en el sistema puede tener consecuencias inesperadas. Además, una comprensión del ecosistema digital permite una visión más holística de los desafíos y oportunidades que presenta, lo que a su vez puede ayudar a desarrollar soluciones más efectivas y sostenibles.

Pero ¿Cómo prepararnos para una implementación efectiva? Vivimos en un contexto donde la mediación de tecnología digital es preponderante, y pareciese ser que el tema de conectividad no resuelto por las naciones, es la principal barrera para disminuir las brechas, se asoman estudios que demuestran que el principal obstáculo, es más bien el que se genera entre quienes disponen o no disponen conocimientos para usar los recursos que lo online ofrece (Paniagua, 2021, 167) Por ello la formación en habilidades, saberes y competencias digitales cobra mayor relevancia. Aún hay usuarios que teniendo acceso a planes de datos en sus celulares, acceso a internet en sus hogares y empleos, aun no dan el paso de una transposición de uso eficiente y consciente de las herramientas digitales (Halpern, 2021, 46)

Emergen en este escenario aspectos como las habilidades informacionales que no necesariamente requieren de un equipo electrónico para comenzar a desarrollarse. Hay que considerar que estas habilidades vienen siendo parte de la formación de bibliotecarios hace ya varias décadas. De acuerdo a la definición de UNESCO la alfabetización informacional es la habilidad de acceder y evaluar de manera efectiva la información para dar respuesta a una necesidad de información concreta (Bojórquez, 2017). Es en este escenario, dónde dadas las condiciones, la facilidad de acceso a los contenidos e información separa en parte el proceso de enseñanza del de aprendizaje, de tal manera que que los datos aportados por la red sitúan al usuario frente a una inmensa cantidad de información que resulta caótica, e incluso errónea; por tanto, en ocasiones no es capaz de integrar en sus redes de conocimiento previos (Angulo, 2015, 135).

Es por todo esto que éstas habilidades son fundamentales en la era digital en la que vivimos, donde la información está disponible en una cantidad abrumadora y en una variedad de formatos y fuentes. Para navegar y utilizar esta información de manera efectiva, se requiere una serie de habilidades y conocimientos que incluyen:

  • La capacidad de definir la información que se necesita y establecer criterios para evaluarla.

  • La capacidad de buscar información de manera eficiente y efectiva, utilizando diferentes herramientas y fuentes.

  • La capacidad de evaluar críticamente la información, considerando la fuente, la autoridad y la relevancia, entre otros factores.
  • La capacidad de utilizar la información de manera efectiva, integrándola en el trabajo o en la vida cotidiana, y comunicarla de manera clara y efectiva a otros.

 

Esto hace que sea un área de aprendizaje que facilite la inducción, que entrene en el contexto del paradigma de ecosistemas digitales de aprendizaje, se requiere de tener estas habilidades desarrolladas o al menos iniciadas para no naufragar frente a la gran cantidad de información a la que pueden acceder las personas, y no sólo en internet. Hay que mencionar que la curación de contenidos es un proceso que implica seleccionar, organizar y presentar información relevante y valiosa para un público específico. La curación de contenidos se basa en las habilidades informacionales, ya que implica buscar, evaluar y utilizar información para crear una experiencia de usuario significativa y útil. Un buen curador de contenidos necesita tener habilidades de búsqueda efectivas, capacidad para evaluar la calidad y relevancia de la información y habilidades de comunicación efectiva para presentar la información de manera clara y accesible.

Es por eso que la propuesta de desarrollar habilidades de este tipo junto con técnicas de curación de contenidos, al no requerir de forma inmediata el uso de internet para desarrollarla se transforma en una de las características que se deberían desarrollar “unplugged”, tanto con herramientas que permitan permanecer desconectado como sin software y hardware mediador del aprendizaje de éstas capacidades.

Recomendamos revisar el curso de la Universidad del Rosario en EDX como una opción para atender a este recurso unplugged que facilita el acceso al desarrollo de competencias digitales, que tal como en la última definición realizada por la comunidad europea, en la que incluye estas habilidades como parte de la iniciación a la ciudadanía digital.

Otra de las actividades que se pueden posicionar como habilidades de inicio al desarrollo de competencias digitales, son los lenguajes digitales, de acuerdo a la definición del ministerio de educación Chile, corresponde a la enseñanza del pensamiento computacional y la programación para potenciar las habilidades de resolución de problemas e innovación en ambientes tecnológicos.

El concepto de lenguajes digitales está estrechamente relacionado con la programación, ya que los lenguajes de programación son esenciales para crear programas y software. Además, los lenguajes de marcado y los lenguajes de consulta también son fundamentales para la creación y manipulación de datos en la programación.

En cuanto a su proyección en educación, los lenguajes digitales se han vuelto cada vez más importantes en la era digital en la que vivimos. Por lo tanto, es fundamental que los estudiantes aprendan los conceptos básicos de los lenguajes digitales y la programación, para que puedan estar preparados para una amplia gama de trabajos y oportunidades en el futuro. Muchas escuelas y universidades ofrecen cursos y programas de capacitación en lenguajes digitales y programación para ayudar a los estudiantes a desarrollar estas habilidades.

Aprender a programar, tiene un potencial de trabajo “unplugged”, para prepararnos y desarrollar habilidades digitales. En este contexto hay muchas alternativas para abordar, entre ellas sugerimos revisar el manual de computer science unplugged que integra una serie de actividades que se pueden desarrollar sin conexión a internet, pero si funda las bases para entender los lenguajes digitales que luego podrá poner en práctica en otros contextos.

Aplicaciones “unplugged” que facilitan la experimentación digital

Para abordar el contexto unplugged propuesto, debemos atender cuáles son los beneficios de utilizar aplicaciones que no requieran del uso de internet, más allá de atender las necesidades instrumentales expuestas en la introducción de este texto, tenemos por un lado el acceso a nuevos formatos de educación, algunos estudiantes pueden no tener acceso a Internet en sus hogares o en la escuela. Las aplicaciones educativas sin conexión a Internet les permiten seguir aprendiendo y estudiando en cualquier momento y lugar, sin importar si tienen conexión a Internet o no. El sistema educativo está requiriendo de mecanismos que faciliten la flexibilidad y comodidad, ya que, algunos estudiantes pueden preferir estudiar en entornos sin distracciones, como en lugares al aire libre o en el transporte público. Las aplicaciones educativas sin conexión a Internet les brindan la flexibilidad y la comodidad de estudiar en cualquier momento y lugar, sin depender de una conexión a Internet. Otro de los elementos que se visualizaron durante la emergencia sanitaria fueron los valores asociados a la conectividad (planes), por tanto el Ahorro de datos y costos, los planes de datos móviles pueden ser costosos, especialmente para aquellos que tienen un presupuesto limitado. Las aplicaciones educativas sin conexión a Internet permiten a los estudiantes ahorrar en datos y costos, ya que no necesitan estar conectados a Internet para usarlas. Por último otro de los aspectos, necesarios para el aprendizaje a lo largo y ancho de la vida requiere de generar una cierta autonomía y autorregulación en los hábitos de aprendizaje, donde la personalización del aprendizaje, se ve beneficiado al utilizar aplicaciones educativas sin conexión a Internet a menudo permiten a los estudiantes personalizar su aprendizaje y avanzar a su propio ritmo. Pueden revisar el contenido cuantas veces sea necesario, lo que les permite comprender mejor los conceptos y alcanzar un rendimiento académico que les permitirá generar nuevas rutinas de aprendizaje.

A continuación enlistamos algunas aplicaciones orientadas a la educación, que pueden ser utilizadas sin conexión a internet, de seguro se pueden encontrar muchísimas más pero las que hemos seleccionado cumplen con haber sido utilizadas previamente con buenos resultados en espacios educativos multinivel, desde preescolar hasta incluso el contexto de capacitación laboral.

Khan Academy Lite: Esta es una versión sin conexión a Internet de la popular plataforma educativa en línea Khan Academy. La aplicación contiene más de 150 lecciones de matemáticas y ciencias.

Wikipedia Offline: Esta aplicación permite descargar todo el contenido de Wikipedia y acceder a él sin conexión a Internet. Es una herramienta útil para aquellos que necesitan información para realizar trabajos escolares o investigaciones.

Coursera: La plataforma educativa en línea Coursera ofrece una opción de descarga de cursos en su aplicación móvil para verlos sin conexión a Internet. Esto permite a los usuarios seguir aprendiendo incluso cuando no tienen acceso a una red.

Duolingo: La aplicación de idiomas Duolingo permite descargar lecciones y ejercicios para usarlos sin conexión a Internet. Es una buena opción para aquellos que quieren aprender un nuevo idioma en cualquier momento y lugar.

Quizlet: Esta aplicación de estudio ofrece la opción de descargar tarjetas de estudio y juegos para usar sin conexión a Internet. Es útil para aquellos que quieren repasar material de estudio en cualquier lugar sin necesidad de conexión.

BrainPOP: Es una plataforma educativa que ofrece videos educativos animados sobre diversos temas, como ciencias, matemáticas, inglés y estudios sociales. También incluye juegos y evaluaciones para ayudar a los estudiantes a aprender.

Starfall ABCs: Esta aplicación está diseñada para ayudar a los niños en edad preescolar a aprender el alfabeto y la fonética. Incluye actividades interactivas y juegos para ayudar a los niños a aprender a leer.

Toca Boca Life: Es una serie de aplicaciones educativas diseñadas para niños en edad preescolar y primaria. Las aplicaciones están enfocadas en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, así como en la creatividad y la imaginación.

ScratchJr: Es una aplicación de programación visual diseñada para niños en edad preescolar y primaria. Les permite crear proyectos y juegos interactivos mientras aprenden los conceptos básicos de la programación.

Pocket Code: Es una aplicación de programación para niños y adolescentes que les permite crear sus propias aplicaciones y juegos móviles utilizando bloques de programación visuales.

Lightbot: Es un juego de programación que ayuda a los niños a aprender los conceptos básicos de la programación mientras resuelven puzzles y niveles desafiantes.

Squeebles Spelling Test: Es una aplicación que ayuda a los niños a aprender y practicar su ortografía. Incluye características como el seguimiento de progreso, recompensas y la capacidad de personalizar las listas de palabras.

Exelearning: es un software libre y de código abierto para la creación de recursos educativos digitales interactivos. eXeLearning permite a los docentes y educadores crear fácilmente materiales educativos en línea, como unidades didácticas, libros electrónicos, ejercicios interactivos y presentaciones multimedia.

Plickers: es una herramienta educativa en línea que permite a los profesores evaluar rápidamente el aprendizaje de sus estudiantes. Plickers utiliza códigos QR impresos en tarjetas de papel para recopilar las respuestas de los estudiantes a preguntas múltiples en tiempo real, lo que permite a los profesores ver inmediatamente quiénes comprenden el material y quiénes necesitan más apoyo

Estas son solo algunas de las muchas opciones de aplicaciones digitales orientadas a la educación que se pueden usar sin conexión a Internet. Es importante tener en cuenta que algunas características de estas aplicaciones pueden requerir una conexión a Internet, como la actualización de contenido o la realización de pruebas en línea.

Cooperación y Colaboración de las comunidades educativas

Si hablamos de metodología, las tendencias que mencionan entidades como el observatorio del Tecnológico de Monterrey y Unesco, plantean al aprendizaje social como parte importante del contexto por venir, pues es una teoría en la que plantea que la educación que sostiene que el aprendizaje humano se produce a través de la interacción social y la observación del comportamiento de otros individuos (Banduras, 1971, 23). Sin embargo cuando pensamos en su operabilidad visualizamos aprendizaje cooperativo y colaborativo.

Sí bien hay complementariedad entre el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo, a pesar de que son enfoques diferentes en la enseñanza y el aprendizaje.

En el aprendizaje cooperativo, los estudiantes trabajan en grupos pequeños para lograr objetivos de aprendizaje comunes, y cada miembro del grupo tiene un rol específico y una responsabilidad compartida en el proceso de aprendizaje. Los estudiantes trabajan juntos para completar tareas y resolver problemas, y se espera que todos los miembros del grupo contribuyan de manera significativa.

Por otro lado, el aprendizaje colaborativo se enfoca en el intercambio de ideas, la discusión y el diálogo entre los estudiantes. El objetivo es que los estudiantes colaboren para resolver un problema o lograr una tarea, pero no necesariamente tienen roles específicos o responsabilidades compartidas en el proceso de aprendizaje.

La complementariedad entre el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo radica en que ambos enfoques fomentan la colaboración y el trabajo en equipo entre los estudiantes. Ambos enfoques también promueven la responsabilidad individual y el aprendizaje activo, lo que significa que cada estudiante es responsable de su propio aprendizaje y del de sus compañeros.

Esto está visto desde la mirada metodológica en el diseño de experiencias de aprendizaje, sin embargo cuando pensamos en cómo abordar el desafío en zonas rurales o de alta vulnerabilidad, donde no hay operadores que suministran el servicio, existen ejemplos de experiencias en los que se han aplicado modelos cooperativos para el acceso a Internet. Es así que mucho antes de la emergencia sanitaria, Coopesic, la primera Cooperativa de telecomunicaciones de Chile, documenta la primera experiencia de cooperativismo para el acceso a TIC, dando cuenta de los factores críticos de su éxito y sistematizando las lecciones aprendidas.

Las Cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus miembros, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados, de tal modo que contribuya eficazmente al desarrollo de sus Cooperativas. Este documento también permitió reconocer la necesidad de impulsar una política pública que fomente la aplicación de modelos cooperativos para dotar de conectividad a comunidades rurales y aisladas, para que incrementen el uso y apropiación de las tecnologías digitales en sus procesos productivos y sociales. Se trata de una política pública que debiera considerar el territorio y sus comunidades como base para coordinar las iniciativas y oportunidades de desarrollo digital que en la actualidad implementan diversas instituciones públicas y privadas.

Hoy en día es necesario repensar las estrategias de conectividad de las comunidades que están más excluidas de acceso a conectividad para evitar que se sigan ahondando las brechas entre quienes tienen el conocimiento de entender el contexto digital como un beneficio, consciente de los riesgos, con un actuar ético y responsable. El aprendizaje asistido por tecnología digital, bien intencionado y pensado desde las rutas de aprendizaje catalizadoras, proveen al usuario la oportunidad de generar nuevas conexiones sinápticas (Khan, 2019, 55) que actuarán como exoesqueletos en una humanidad aumentada gracias al factor exponencial de las tecnologías digitales aplicadas como herramientas que fortalecen el aprendizaje. Para alcanzar estos niveles debemos desarrollar políticas educativas que faciliten mientras solucionamos el problema técnico, métodos para abordar el desafío adaptativo, mediante estrategias y tácticas que permitan entender el nuevo paradigma educativo, que forma los ecosistemas complejos donde actuará el ciudadano digital.

Modelos Cooperativos, nueva construcción social

REFERENCIAS
Angulo, N. (2015). Aplicación de las TIC en educación: la curaduría de contenidos. In X. Martínez Ruiz (Ed.), Infoesfera /Coordinador Xicoténcatl Martínez Ruiz. Instituto Politécnico Nacional.
Balladares, J. A. (2021). Brecha digital después de la pandemia. Indicadores de inclusión digital en el sector educativo. RIITE Revista Interuniversitaria de Investigación en Tecnología Educativa, 11, 23-39. doi.org/10.6018/riite.489531.
Banduras, A. (1971). Social Learning Theory. In Social Learning Theory (1st ed., Vol. 1, pp. 1-46).
Beltrán, R. (2023). Brecha digital después de la pandemia. Indicadores de inclusión digital en el sector educativo. Revista Innova Educación, 5(1), 39-41. 2664-1496.
BID. (2020). La educación en tiempos del coronavirus Los sistemas educativos de America Latina y el Caribe ante COVID 19 (1st ed., Vol. 1). http://dx.doi.org/10.18235/0002337
Boje, C., & Dragulanescu, N.-G. (2003). “Digital Divide” in Eastern European Countries and its Social Impact. Proceedings of the 2003 American Society for Engineering Education Annual Conference & Exposition, 1(1), 8-10.
Bojórquez, M. (2017, octubre). Desarrollo de Habilidades Informacionales en la asignatura de Alfabetización Información. UNESCO.
CEPAL. (2020, August 3). Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los impactos del COVID-19. Cepal.
CEPAL. (2022). Panorama Social de América Latina y el Caribe (CEPAL ed., Vol. 1). Naciones Unidas. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/48518/S2200947_es.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Gómez Trigueros, I. M., & Yañez de Aldecoa, C. (2022). La brecha digital en el contexto educativo: formación y aprendizaje de la ciudadanía digital. Research in Education and Learning Innovation Archives, 30(1), 39-45. 2659-9031.
González, R. A., & López Cruz, O. (2022, agosto 19). Transformación digital en tiempos de crisis. Cuadernos de Administración Pontificia Universidad Javeriana, 35. https://doi.org/10.11144/Javeriana.cao35.tdtc
Leave a Reply

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *