El aprendizaje digital ha transformado radicalmente la manera en que concebimos el proceso educativo. En un entorno cada vez más mediado por tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial (IA), los docentes y diseñadores de experiencias educativas se enfrentan a un nuevo reto: comprender y promover un aprendizaje no lineal y progresivo. Este enfoque permite a los estudiantes moverse libremente entre distintas fases del aprendizaje, utilizando herramientas que van desde las más simples hasta las más avanzadas, de acuerdo con sus necesidades y contexto de aprendizaje.
¿Qué es el Aprendizaje No Lineal?
A diferencia del modelo tradicional, que sigue una estructura lineal de adquisición de conocimientos—en la que cada etapa se basa rígidamente en la anterior—el aprendizaje no lineal ofrece una mayor flexibilidad y personalización. Los estudiantes pueden acceder a distintos niveles de complejidad tecnológica y pedagógica, ajustando su ritmo y nivel de involucramiento, según sus intereses y habilidades. Este tipo de aprendizaje es especialmente relevante en la educación superior, donde los estudiantes adultos son más autónomos y requieren soluciones adaptativas y conscientes, tal como señala Knowles (1980) en su teoría de la andragogía.
La Clave: Cognición Distribuida y el Uso de la Tecnología
Uno de los conceptos centrales para entender este enfoque es la cognición distribuida, que sostiene que el conocimiento no reside exclusivamente en la mente del individuo, sino que se extiende a través de herramientas, recursos digitales y la interacción social. En este sentido, el aprendizaje no ocurre solo en la mente del aprendiz, sino que es mediado por la tecnología, la colaboración y los recursos externos. Según Hutchins (1995), la cognición distribuida sugiere que nuestras capacidades cognitivas se amplían y optimizan mediante el uso de dispositivos tecnológicos y redes sociales que permiten la interacción y el intercambio de información de manera más eficiente.
Este principio de cognición distribuida se hace evidente en gráficos como el que hemos analizado, donde se observa una representación visual de un aprendizaje digital que no sigue un trayecto lineal, sino que fluye de manera adaptativa. Aquí, el uso de la inteligencia artificial no es homogéneo: algunos estudiantes podrían utilizarla de manera superficial, mientras que otros podrían integrarla de manera consciente y avanzada en su proceso formativo. Este enfoque, que permite la flexibilidad del uso de herramientas tecnológicas según el nivel de innovación pedagógica y autoconciencia, genera oportunidades únicas para la educación digital.
Creatividad y Aprendizaje
En el libro La fabricación de la locura, los conceptos de “creatividad” y “aprendizaje” se abordan desde una perspectiva crítica y filosófica relacionada con la libertad del ser humano. Szasz (1970) afirma que la creatividad, particularmente en científicos o artistas, implica la capacidad de trascender las limitaciones impuestas por la sociedad, como el “canibalismo simbólico”, donde las personas consumen el sentido de vida de otros en lugar de crear su propio sentido. Los individuos creativos son admirados precisamente por generar más significado del que consumen, produciendo ideas y significados sin tomar de los demás.
El aprendizaje, por otro lado, está relacionado con el desarrollo moral y social del ser humano. Szasz describe cómo el hombre aprende a vivir en sociedad y evitar ciertos comportamientos destructivos hacia otros miembros de su especie. En el contexto social, aprender implica también adaptarse a las expectativas del grupo, lo que puede llevar a la exclusión de quienes no cumplen con esas expectativas. Así, el aprendizaje no solo es un proceso cognitivo, sino también un proceso de integración o rechazo dentro de una comunidad (Szasz, 1970).
Teoría de la Simplexidad y la Formación Docente
La teoría de la simplexidad, introducida por Alain Berthoz (2011), nos permite analizar la no linealidad del aprendizaje desde una perspectiva evolutiva y cognitiva, presentando este concepto como una estrategia clave en la enseñanza y formación docente. Según Berthoz, la simplexidad se refiere a la capacidad de los organismos para resolver problemas complejos mediante el uso de mecanismos adaptativos que simplifican el control del sistema. En el contexto educativo, la simplexidad permite la desestructuración de la linealidad, un enfoque que resulta crucial para enfrentar los desafíos de la enseñanza en un mundo caracterizado por la diversidad y la complejidad (Zollo et al., 2018).
Los conceptos de vicarianza y desviación también son fundamentales para comprender cómo los docentes pueden beneficiarse de enfoques no secuenciales, adaptativos y divergentes en sus prácticas pedagógicas. La vicarianza permite a los docentes sustituir una solución por otra y anticipar escenarios futuros, lo que fomenta la creatividad y la flexibilidad. La “desestructuración” de modelos lineales, según la teoría de la simplexidad, promueve una enseñanza adaptativa que puede anticipar y responder a la diversidad de estilos y necesidades de aprendizaje (Zollo et al., 2018).
En un mundo educativo donde los docentes enfrentan situaciones cada vez más complejas, la incorporación de la simplexidad y la no linealidad permite una formación más robusta y adaptable. Los docentes pueden beneficiarse al aprender a diversificar sus estrategias y, de esta forma, enfrentar mejor los desafíos del aprendizaje mediado por tecnologías digitales.
Aprendizaje no lineal y progresivo
La imagen presentada ilustra claramente los conceptos de un aprendizaje no lineal y progresivo en el contexto de la cognición distribuida. En el gráfico, se observa un eje vertical que representa la profundidad de la reflexión y autoconciencia en el aprendizaje, mientras que el eje horizontal simboliza el nivel de innovación y uso de tecnología. Estos dos ejes cruzados permiten visualizar un espacio multidimensional donde las competencias digitales, la conciencia del aprendizaje y las fases de la andragogía conviven en un proceso dinámico.
El núcleo del gráfico está centrado en la competencia de ciudadanía digital, que refleja la base de habilidades, destrezas y saberes necesarios para interactuar de manera efectiva en entornos digitales. A su alrededor, se despliegan distintas capas de habilidades como la conciencia y expresión cultural, el liderazgo, y las fases del aprendizaje andragógico, mostrando cómo el aprendizaje puede evolucionar de acuerdo con el nivel de reflexión y el uso de tecnologías como la inteligencia artificial. Los elementos visuales, como los gradientes de color y las secciones circulares, refuerzan la idea de un aprendizaje en constante movimiento y progresión.
Este gráfico es una representación clara de cómo el aprendizaje digital se puede aproximar desde una perspectiva de cognición distribuida, donde las herramientas tecnológicas juegan un papel crucial en ampliar las capacidades cognitivas de los estudiantes y permitir un aprendizaje más consciente y reflexivo.
La Innovación Pedagógica en el Aprendizaje Andragógico
La innovación no solo está en la tecnología, sino en cómo esta se integra en las metodologías educativas. En el marco de la educación superior, donde los estudiantes adultos son los protagonistas, la pedagogía tradicional da paso a la andragogía. En este contexto, el uso de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la gamificación permite a los estudiantes no solo ser receptores de conocimiento, sino también co-creadores de su proceso educativo. Como señala Siemens (2005) en su teoría del conectivismo, el aprendizaje digital se nutre de la conexión entre personas, sistemas y redes de conocimiento, ofreciendo a los estudiantes una red de oportunidades para su desarrollo.
Recomendaciones para CEOs de Empresas EdTech
Para los líderes de empresas de tecnología educativa, entender la naturaleza no lineal del aprendizaje es clave para desarrollar productos y servicios que se ajusten a las necesidades de los estudiantes y educadores. La creación de plataformas flexibles, que permitan distintos grados de interacción con la tecnología, desde el uso básico hasta el avanzado, será crucial en los próximos años. Además, la implementación de sistemas que fomenten la metacognición y la autoevaluación permitirá a los estudiantes tomar conciencia de su propio progreso y mejorar continuamente.
El enfoque no lineal del aprendizaje también abre oportunidades para el uso de tecnologías que promuevan la colaboración internacional y la adaptación de contenidos a contextos específicos. Herramientas como las redes de aprendizaje social, IA adaptativa y simulaciones inmersivas pueden ser claves para generar experiencias educativas que no solo se adapten a los estudiantes, sino que evolucionen con ellos.
El futuro del aprendizaje digital se dirige hacia un modelo no lineal y progresivo, donde la tecnología no solo es una herramienta, sino un elemento integral que permite la expansión de nuestras capacidades cognitivas. Al integrar tecnologías emergentes como la inteligencia artificial dentro de un marco de cognición distribuida, se abre la puerta a nuevas formas de aprender, más flexibles, personalizadas y efectivas.
Referencias
Bates, A. W. (2019). Teaching in a digital age: Guidelines for designing teaching and learning. BCcampus.
Hutchins, E. (1995). Cognition in the wild. MIT Press.
Knowles, M. S. (1980). The modern practice of adult education: From pedagogy to andragogy. Cambridge Adult Education.
Siemens, G. (2005). Connectivism: A learning theory for the digital age. International Journal of Instructional Technology and Distance Learning, 2(1), 3-10.
Szasz, T. (1970). La fabricación de la locura: Estudio comparativo de la Inquisición y el movimiento en defensa de la salud mental. Harper & Row.
Zollo, I., Di Gennaro, D. C., Girelli, L., & Sibilio, M. (2018). Teachers’ education and “non linearity”: simplex perspectives. Education Sciences & Society, 2, 20-38.