La Minería de Textos como Metodología Innovadora en Investigación Educativa
La minería de textos ofrece un enfoque metodológico innovador para analizar las necesidades formativas docentes, revelando patrones semánticos significativos que evidencian transformaciones paradigmáticas en el discurso educativo. El análisis de bigramas resulta particularmente valioso para identificar asociaciones conceptuales que podrían pasar desapercibidas mediante métodos tradicionales. Las técnicas de minería de textos permiten descubrir patrones latentes en grandes volúmenes de datos educativos que serían inabordables mediante análisis manuales. La emergencia de ciertos bigramas como “habilidades-blandas” en el período post-pandemia revela desplazamientos paradigmáticos que evidencian cómo estas técnicas computacionales pueden detectar transformaciones conceptuales sutiles pero significativas (González Grez, 2025; Baker y Inventado, 2014).
Esta metodología, sin embargo, presenta limitaciones importantes. Los bigramas capturan asociaciones léxicas binarias pero no necesariamente estructuras argumentativas complejas o matices contextuales, lo que refuerza la necesidad de aproximaciones metodológicas híbridas que combinen análisis computacional con interpretación cualitativa para comprender fenómenos educativos complejos (Marín, 2023).
Una posible extensión metodológica para futuras investigaciones sería incorporar técnicas de análisis de redes semánticas más avanzadas, como los modelos basados en embeddings o transformers, que podrían capturar relaciones conceptuales más complejas. Estos modelos permitirían no solo identificar asociaciones léxicas binarias, sino también mapear ecosistemas conceptuales completos dentro del discurso docente, siguiendo lo que algunos investigadores denominan “análisis semántico profundo” en investigación educativa (Poquet et al., 2021; Ferreira-Mello et al., 2019).
Hallazgos Comparativos Pre y Post-Pandemia: Un Cambio de Paradigma
Los estudios recientes revelan una transformación fundamental en las necesidades formativas docentes entre los períodos pre y post-pandemia. Se observa un desplazamiento desde preocupaciones centradas en aspectos curriculares, evaluativos e institucionales hacia una visión integrada donde la tecnología ocupa una posición central, lo que resulta particularmente significativo para comprender la evolución de las necesidades formativas docentes (González Grez, 2025).
Este cambio puede interpretarse como una “maduración epistémica forzada”, concepto que dialoga con la distinción entre “enseñanza remota de emergencia” y diseño instruccional en línea planificado. La experiencia de digitalización acelerada durante la pandemia no solo modificó las prácticas docentes sino, fundamentalmente, los marcos interpretativos desde los que se conceptualizan las competencias digitales, configurando lo que podríamos denominar un “giro epistemológico post-digital” (Hodges et al., 2020; Jandrić et al., 2022).
Particularmente revelador resulta el emerger de bigramas como “inteligencia-artificial”, “realidad-virtual” y “habilidades-blandas” en el período post-pandemia. Estos términos evidencian no solo un cambio en el vocabulario técnico, sino una reconceptualización profunda de la relación entre tecnología, pedagogía y dimensiones humanas del aprendizaje (Castañeda et al., 2022).
La pregunta crucial que surge es: ¿representa este cambio una ruptura epistemológica irreversible o una adaptación temporal a circunstancias excepcionales? Los datos recabados sugieren lo primero: la pandemia parece haber actuado como catalizador de transformaciones latentes, acelerando tendencias emergentes más que creando fenómenos enteramente nuevos (Williamson et al., 2023).
El Aprendizaje Rizomático como Marco Interpretativo
Los hallazgos recientes dialogan directamente con el concepto de aprendizaje rizomático, que concibe el conocimiento no como una estructura jerárquica y lineal, sino como una red compleja de conexiones heterogéneas, sin centro definido y en constante transformación (Deleuze y Guattari, 1987; Cormier, 2008).
Los patrones identificados en el período post-pandemia parecen evidenciar un desplazamiento hacia este tipo de aprendizaje. La centralidad emergente de bigramas relacionados con tecnologías como la inteligencia artificial y la realidad virtual, junto con la valoración creciente de habilidades blandas, sugiere un paradigma formativo donde las fronteras tradicionales entre lo técnico, lo pedagógico y lo humano se difuminan (González Grez, 2025; Kimberly y Gamble, 2021).
La evolución desde modelos centrados en la universidad y estructuras institucionales hacia ecosistemas de aprendizaje distribuidos refleja precisamente la naturaleza rizomática del conocimiento contemporáneo: no lineal, multimodal, distribuido y emergente. En este sentido, los cambios observados no solo describen transformaciones en las necesidades formativas, sino que evidencian una transformación más profunda en la epistemología docente (Gourlay y Oliver, 2018; Knox, 2019).
La Educación Informal entre Pares como Alternativa en la Era de la IA
Las investigaciones recientes apuntan a una revalorización de la formación informal frente a los circuitos académicos tradicionales. En un contexto donde la IA puede automatizar la transmisión de contenidos y competencias instrumentales, el valor diferencial de la formación docente reside precisamente en aquellas dimensiones difícilmente automatizables: la construcción colectiva de significados, la negociación contextualizada de prácticas, y el desarrollo de comunidades de aprendizaje (González Grez, 2023a; Selwyn et al., 2020).
La transmisión peer-to-peer humana emerge no como resistencia nostálgica a la digitalización, sino como complemento esencial que potencia aquellos aspectos que la IA aún no puede replicar satisfactoriamente: la inteligencia colectiva basada en la experiencia contextualizada, la empatía pedagógica y la adaptación creativa a realidades educativas específicas. Esta perspectiva enfatiza el valor irreemplazable de las interacciones humanas en la formación docente digital (González Grez, 2023b; Macgilchrist, 2019).
Las comunidades de práctica interconectadas como componente esencial de los sistemas formativos representan precisamente este reconocimiento: la formación docente efectiva en la era de la IA no consistirá en transmitir competencias técnicas aisladas, sino en facilitar espacios donde los docentes construyan colectivamente significados pedagógicos en torno a la integración tecnológica (Gros y Noguera, 2023).
Esta perspectiva dialoga con el concepto de “conocimiento conectivo” en la teoría del conectivismo: el aprendizaje reside no tanto en la acumulación individual de información, sino en las conexiones que se establecen entre nodos de una red formativa distribuida. La inteligencia colectiva humana opera precisamente a través de estas conexiones, generando un conocimiento emergente que trasciende la suma de sus partes (González Grez, 2023c; Siemens, 2005; Lévy, 1997).
Proyecciones para la Investigación Futura: Más Allá del SFD
El Sistema Formativo Digital (SFD) representa un punto de partida innovador, pero el énfasis futuro debería ampliarse hacia la comprensión de cómo la formación informal entre pares puede convertirse en una alternativa válida, pertinente y confiable en la era de la IA (González Grez, 2025).
Una línea de investigación prometedora sería explorar la intersección entre comunidades de aprendizaje auto-organizadas y sistemas de IA adaptativa. ¿Cómo pueden complementarse la inteligencia colectiva humana y la inteligencia artificial para crear ecologías formativas más efectivas? Esta pregunta se alinea con lo que algunos investigadores denominan “simbiosis inteligente” entre humanos e IA en contextos educativos (González Grez, 2023d; Holmes y Bialik, 2018; Luckin et al., 2022).
También resultaría valioso investigar los mecanismos de validación y reconocimiento de aprendizajes adquiridos en contextos informales. Si la formación peer-to-peer emerge como alternativa significativa, surge la necesidad de desarrollar nuevos marcos de acreditación que reconozcan estas trayectorias formativas sin imponer lógicas institucionales que distorsionen su naturaleza emergente y contextualizada (Raffaghelli, 2020).
Finalmente, sería crucial explorar cómo estas comunidades de aprendizaje distribuidas navegan los desafíos éticos que plantea la IA en educación. La reflexión ética sobre la integración tecnológica, identificada como componente emergente en análisis recientes, podría desarrollarse más robustamente en espacios de deliberación colectiva, siguiendo lo que algunos autores denominan “profesionalidad democrática” en la era digital (Biesta, 2022).
Hacia una Epistemología Distribuida de la Formación Docente
Las investigaciones recientes no solo identifican cambios en las necesidades formativas docentes, sino que evidencian una transformación epistemológica más profunda: el desplazamiento desde modelos jerárquicos y centralizados hacia ecologías de aprendizaje distribuidas donde la inteligencia colectiva humana y la inteligencia artificial configuran un nuevo paradigma formativo (González Grez, 2025).
Este paradigma emergente, rizomático en su estructura y colaborativo en su dinámica, trasciende la dicotomía entre formación formal e informal para reconocer múltiples trayectorias de desarrollo profesional interconectadas. La validez de estas trayectorias no residirá tanto en su adscripción institucional como en su capacidad para generar comunidades de práctica reflexivas capaces de integrar significativamente la tecnología en contextos educativos específicos (Fawns, 2023).
La proyección de las investigaciones actuales apunta así hacia una comprensión más profunda de cómo la inteligencia colectiva humana, potenciada pero no sustituida por la IA, puede convertirse en el motor de una formación docente más contextualizada, ágil y humanizada. En este escenario, el valor de la minería de textos como metodología no residirá solo en su capacidad para identificar patrones semánticos, sino en su potencial para visibilizar las epistemologías emergentes que configurarán el futuro de la formación docente en la era digital (González Grez, 2025, 2023a, 2023b; González-Sanmamed et al., 2022).