Entender que son las destrezas, habilidades y competencias digitales es importante para comprender mejor el contexto de mediación de la tecnología digital, algoritmos y personalizaciones se ofrecen como parte de una mediación en escenarios de diversión, ocio, medicina, comunicación, construcción, entre otras, han establecido lineamientos de acción en torno a los beneficios que la tecnología digital aplica a sus distintos procesos, obteniendo fortalezas que les permiten mejorar sus productos y servicios, desde procesos empáticos con sus usuarios, que promueven la acción, fidelización y engagement de un público cautivo interactivo que facilita la mejora continua gracias a procesos de iteración donde el foco está puesto en las necesidades que tiene el usuario y así satisfacerlas en escenarios dinámicos y emergentes.
Sin embargo, en educación al parecer no se entiende de la misma forma. El desarrollo de las distintas disciplinas del quehacer humano no ha permeado en la práctica docente. Razones hay múltiples, sin embargo, las recientes investigaciones nos plantean que la formación inicial docente requiere incorporar nuevas dimensiones sobre el aprendizaje mediado por tecnologías digitales, que la formación de académicos y docentes en ejercicios no se puede resumir en talleres y charlas, debe haber un proceso de acompañamiento constante y sostenido, que facilite la incorporación de un nuevo paradigma. Por ejemplo la habilidad instrumental, cognitiva y comunicativa, que se entrelazan para que los sujetos aprendan a usar equipos tecnológicos, desarrollen conciencia de la información que están adquiriendo y a su vez puedan interpretar esa información y trasmitirla a los demás (CIECAS, 2022), desde la perspectiva del sistema educativo, no se trata de simplemente “posicionar” una asignatura en el currículo y esperar que ésta genere la madurez suficiente en el aprendiz para abordar los desafíos tecnológicos y paradigmáticos que esta mediación implica, es deficitario para el contexto de aplicación en su vida personal y profesional.
Hoy en día no estamos viviendo un proceso de transformación digital, sino que ya estamos en la consumación digital (Lassale, 2019). Es tan así que, por ejemplo, en España, ya dieron el paso para unificar el proceso de formación en competencia digital, a nivel gubernamental, posicionando su marco de referencia para todas las comunidades autónomas del país ibérico, con un alto presupuesto, proveniente de la comunidad Europea, pues se visualiza que trabajarlas desde los niveles más básicos, permitirá mejorar las condiciones futuras del país. Es probable que dicha determinación cruce el charco y se posicione como una alternativa de desarrollo para las comunidades educativas de Latinoamérica, dadas las condiciones anteriores de replica de las reformas educativas españolas, en los territorios de norte, centro y Suramérica.
Todos estos elementos, nos invitan a incorporar las herramientas necesarias para que el sistema educativo vuelva a ser el referente del apalancamiento social, que media entre las necesidades de formación de la ciudadanía y el bienestar de ésta en comunión con el contexto, por ello, más que una moda, hoy en día es una necesidad de desarrollo cultural, que no debe esperar, para “no dejar a nadie atrás”.