Si deseamos abordar genuinamente estos temas, debemos recurrir a la educación basada en evidencias y considerar cómo hemos evolucionado como seres humanos. Contrariamente a lo que podría pensarse, no evolucionamos primariamente para aprender. Evolucionamos para sobrevivir.
Desde una perspectiva biológica, el aprendizaje es una consecuencia de la adaptación. Estamos cableados para responder a nuestro entorno y adaptarnos a él. En ese contexto, quizás las críticas actuales a las generaciones jóvenes no sean del todo justas. En lugar de criticar, podríamos preguntarnos: ¿Estamos ofreciendo un entorno educativo que facilite una adaptación adecuada a la realidad contemporánea?