Hoy en día nos encontramos en la búsqueda de elementos metodológicos que nos ayuden a capitalizar los beneficios del uso de herramientas digitales como la inteligencia artificial generativa. En un post anterior comenté sobre el modelo educativo basado en competencias, y cómo éstas herramientas pueden “habilitar el modelo”, ya que por muchos años éste no se pudo concretar del todo, debido a la falta de recursos que permitieran habilitar, por ejemplo un proceso de evaluación formativa, propia del modelo.
Sin embargo, el modelo educativo basado en competencias ha recibido algunas críticas y detracciones por parte de varios autores y especialistas en educación:

Pese a estas visiones críticas, no se puede desconocer que el enfoque educativo basado en competencias no solo sienta las bases de conocimientos fundamentales, sino que también cultiva destrezas vitales para el desarrollo integral de los estudiantes. Al brindarles oportunidades para indagar, revelar y razonar por cuenta propia, promovemos un aprendizaje trascendente y perdurable.

Oportunidades del Modelo Educativo Basado en Competencias en la Era de la Mediación Tecnológica e Inteligencia Artificial Generativa
Así como revisamos en el apartado anterior, hay una serie de ventajas del modelo educativo basado en competencias. A continuación atenderemos oportunidades en el contexto actual de la cultura digital y la presencia de la inteligencia artificial generativa. Varios autores han explorado las implicaciones y posibilidades de este enfoque en esta nueva realidad:

Hemos referenciado algunas opiniones sobre el uso de la educación basada en competencias, las críticas al modelo, pero sobre todo el potencial que tiene en una cultura en la que se puede implementar en todo su esplendor.
Según Jaques Tardif, una competencia es un conocimiento-actuar complejo que se apoya en la movilización y combinación eficaz de una variedad de recursos internos y externos dentro de una familia de situaciones.
Hoy en día, esa movilización de recursos puede hacer que el aprendizaje de un individuo sea exponencial, en contacto con recursos que amplíen sus visiones y capacidades, aumentando la posibilidad de un aprendizaje a lo largo de la vida. Si bien este enfoque prioriza el desarrollo de competencias aplicables, no pierde de vista otros horizontes formativos igualmente valiosos, como la integralidad del ser, el cultivo del razonamiento crítico y la construcción de una ciudadanía comprometida con su entorno y consigo misma.
Es momento de iniciar un proceso que identifique competencias dinámicas y emergentes que preparen a los miembros de esta cultura digital para trabajar con tecnologías avanzadas. Estas tecnologías les permitirán comprender cómo las herramientas pueden potenciar sus habilidades y destrezas, encaminándolos al desarrollo y validación de competencias, facilitando el saber actuar complejo que se apoya en la movilización y utilización eficaz de una variedad de recursos, especialmente en ambientes dinámicos, emergentes y exponenciales.