La historia está plagada de generaciones que critican a las sucesoras por su aparente falta de compromiso y resistencia. Este fenómeno no es exclusivo de España o Latinoamérica; se ha repetido cíclicamente a lo largo del tiempo y en diferentes contextos culturales. Las generaciones actuales enfrentan críticas similares, pero es crucial entender el panorama completo antes de emitir juicios.
Desafiando la Percepción Generalizada
Tomemos el ejemplo de España: hay una creencia predominante de que el nivel educativo ha disminuido. Se sostiene que los jóvenes leen menos y que, pese a las largas horas dedicadas a la docencia, la tasa de abandono escolar sigue siendo alarmantemente alta. Sin embargo, ¿cómo reconciliamos esta percepción con el hecho de que hay más jóvenes que nunca aspirando a carreras universitarias?
El dilema no termina ahí. Una vez graduados, muchos de estos jóvenes sienten la necesidad de buscar oportunidades en el extranjero debido a la falta de opciones adecuadas en su país de origen. ¿Es esta la herencia de las “maravillosas generaciones anteriores”?
Educación Basada en Evidencias: Adaptarse a la Realidad
Si deseamos abordar genuinamente estos temas, debemos recurrir a la educación basada en evidencias y considerar cómo hemos evolucionado como seres humanos. Contrariamente a lo que podría pensarse, no evolucionamos primariamente para aprender. Evolucionamos para sobrevivir.
Desde una perspectiva biológica, el aprendizaje es una consecuencia de la adaptación. Estamos cableados para responder a nuestro entorno y adaptarnos a él. En ese contexto, quizás las críticas actuales a las generaciones jóvenes no sean del todo justas. En lugar de criticar, podríamos preguntarnos: ¿Estamos ofreciendo un entorno educativo que facilite una adaptación adecuada a la realidad contemporánea?
Hacia un nuevo Paradigma de Educación
Para enfrentar este desafío, es necesario replantear nuestra pedagogía. La educación debería:
- Poner énfasis en la calidad de vida.
- Valorar más el presente.
- Educar para el ahora y el cambio.
- Fomentar cualidades como flexibilidad, democracia, justicia y seguridad.
No podemos mantener un sistema educativo enraizado en el pasado y esperar que prepare adecuadamente a los jóvenes para el futuro. La verdadera pregunta es: ¿Estamos dispuestos a evolucionar como educadores y adaptarnos a las necesidades de las nuevas generaciones?
Docentes e investigadores, deberemos reflexionar y actuar basándonos en evidencia, y no en preconcepciones. Juntos podemos co-construir un sistema educativo que responda a los desafíos actuales y futuros.