El dilema de la autonomía en la era de la IA
En una conversación visionaria, el biólogo y epistemólogo Humberto Maturana reflexionó sobre el impacto de la inteligencia artificial y la robótica en la sociedad, destacando un dilema esencial: el riesgo de convertirnos en seres superfluos en un mundo dominado por la automatización. Para Maturana, el punto crucial no es el desarrollo tecnológico en sí, sino la preservación de nuestra capacidad de decisión y acción reflexiva. Como él mismo señaló:
Su afirmación plantea una pregunta fundamental: ¿hasta qué punto la IA debe tener autonomía en la toma de decisiones, y cómo podemos garantizar que su desarrollo no comprometa nuestra agencia humana?
El lenguaje, la historia y la ética en la relación humano-máquina
Maturana resaltó que los seres humanos somos, hasta donde sabemos, los únicos entes biológicos que existen en el lenguaje, y que esta capacidad nos conduce inevitablemente a la reflexión y a la toma de decisiones éticas. En sus palabras:
Para el científico, la IA y la robótica carecen de historia, lo que las hace fundamentalmente distintas del ser humano. Mientras los humanos construimos significado a través de la interacción y la memoria colectiva, las máquinas operan a partir de algoritmos y optimización matemática. Esto nos lleva a un dilema crucial: si la IA carece de historia y conciencia, ¿puede realmente tomar decisiones éticas sin una referencia humana?
La ética espontánea y el riesgo de la deshumanización
Otro punto clave que Maturana aborda es la relación entre el conocimiento, la comprensión y la acción ética. Desde su perspectiva, la ética no es un conjunto de reglas externas, sino un proceso espontáneo basado en la interconectividad de la experiencia humana:
Esta visión plantea un reto importante para la IA: a medida que la automatización avanza, ¿cómo aseguramos que las decisiones tecnológicas reflejen valores éticos humanos? Maturana advierte que la historia humana ha estado marcada por ideologías que justifican la negación del otro, lo que podría replicarse en sistemas de IA si se entrenan con sesgos que refuercen la discriminación o la falta de equidad.
La IA como herramienta, no como sustituto
Para Humberto Maturana, la inteligencia artificial debe ser vista como una herramienta al servicio de la humanidad, no como un sustituto de la autonomía humana. Su reflexión nos recuerda que el verdadero desafío no es tecnológico, sino filosófico y ético: la clave del futuro no radica en la sofisticación de los algoritmos, sino en nuestra capacidad de utilizarlos con responsabilidad y conciencia.
Siguiendo su advertencia, la pregunta que nos queda por responder es: ¿estamos desarrollando la inteligencia artificial con el compromiso de preservar lo humano, o estamos delegando nuestra autonomía sin cuestionarlo?